Diversas son las razones y objetivos a los cuales nos conduce el acercarnos con nuestro hijo a la practica del Kárate, a la hora de entrenar estas pueden ser muy diversas y variados, algunos son: poder hacer de él o ella un karateka completo, tanto física como mentalmente, completando la plenitud de sus fuerzas, sirviendo como plataforma para el desarrollo integral de esta sociedad, etc…
El Kárate desarrolla las aptitudes fundamentales del niño/niña, como son:
Percepción del propio cuerpo, equilibrio, conocimiento del tiempo y del espacio, y coordinación.
Prepara al niño/a preparándolo para su integración social. Además de aumentar las aptitudes generales: Desarrollo de todas las funciones del cuerpo.
El comienzo de la practica del Karate no tiene edad, aunque para los más jóvenes la edad idónea para que empiecen a absorber las enseñanzas es de 4 años, los médicos aconsejan el inicio de la práctica de un deporte a una edad temprana, ya que, como hemos dicho, el Kárate implica principalmente el desarrollo psicomotriz, precisamente porque la capacidad de coordinación y asimilación en los niños le es de una gran ayuda, pero el comienzo en la practica de este no tiene edad, es un hecho comprobado que también los mayores ganan en agilidad y su concentración mejora con la practica del mismo, pues no existe ridiculez en ponerse el primer día el traje blanco sino en saber que has elegido el camino idóneo y que la sensación que sientes es placentera.
El Kárate es una vía, la cual canaliza la agresividad del ser humano, especialmente del niño/niña, esto se consigue porque en los entrenamientos se requiere una gran actividad física, disciplina y concentración de todas las fuerzas interiores que tienden a controlar la acción agresiva del alumno.
El Kárate, además de producir un efecto tranquilizante y un desarrollo físico espiritual en el niño/niña, enseña a vivir en grupo, a relacionarse e integrarse con los demás, a ser más comunicativo y a controlar sus impulsos en el momento del combate.
Innumerables: es un arte marcial completísimo pues pone en juego todos los sistemas del organismo humano, sistema cardiovascular, respiratorio, nervioso y muscular en toda su amplitud, además educa y condiciona los reflejos.
Ejercita la concentración
Genera el respeto y la educación
Da confianza y seguridad
Le mantendrá en forma